Todos decimos nada. Todos nada de nada. Todos amontonados mirando el piso. Todos muertos de miedo a dormir solitos. Todos tenemos náuseas de amores cariados. Todos rifamos besos y tragamos sapos. Todos vendemos algo. Todos compramos todo. Todos alguna vez arruinamos todo... Todos comiendo papa, pogo y sanata. Todos amaneciendo con el alma rancia. Todos somos los dueños de nuestras mentiras. Todos nos voltearíamos a nuestras amigas. Todos somos más guapos cuando no hay nadie. Todos con el culito lleno de parches. Todos fregando el suelo de nuestras vidas. Todos pisando mierdas que nos asfixian. Todos sabemos lo que nos merecemos. Todos somos la paja de nuestros sueños. Todos lloramos contra algún inodoro por un amor pifiado que se hizo moco. Todos.
Nos dijimos adiós,
ojala que volvamos a vernos.
El
verano acabó, el
otoño duró lo que tarda en llegar el invierno
Y a tu pueblo el azar, otra vez, el
verano siguiente.
Me llevo y al final del concierto y
me puse a buscar tu cara entre la gente.
Y no halle quien de ti me dijera, ni media palabra Parecía como si, nos quisiera gastar el destino una broma macabra No había nadie detrás de la barra del otro verano
Y en lugar de tu bar, me encontré una sucursal del banco hispanoamericano.
Nos dijimos adiós, ojala que volvamos a vernos.
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