Todos decimos nada. Todos nada de nada. Todos amontonados mirando el piso. Todos muertos de miedo a dormir solitos. Todos tenemos náuseas de amores cariados. Todos rifamos besos y tragamos sapos. Todos vendemos algo. Todos compramos todo. Todos alguna vez arruinamos todo... Todos comiendo papa, pogo y sanata. Todos amaneciendo con el alma rancia. Todos somos los dueños de nuestras mentiras. Todos nos voltearíamos a nuestras amigas. Todos somos más guapos cuando no hay nadie. Todos con el culito lleno de parches. Todos fregando el suelo de nuestras vidas. Todos pisando mierdas que nos asfixian. Todos sabemos lo que nos merecemos. Todos somos la paja de nuestros sueños. Todos lloramos contra algún inodoro por un amor pifiado que se hizo moco. Todos.

De niña con vestido de princesa
Durmiendo en un castillo de muñecas
Soñabas con el príncipe del cuento
Sin ver lo que te deparaba el tiempo
Siempre sonriendo
Inmaculada
A engaños internada en el desierto
La noche te observaba en silencio
Igual que los que callan por el miedo
No importa cuanto daño te hayan hecho
Tu sigues siendo… ¡Inmaculada!
Princesa de la noche
Vestida con un nudo en la garganta
Golpeada por la furia
Después abandonada e ignorada
Perseguirá por siempre al asesino
Tú ultima mirada
Inmaculada
En el lugar que siempre habías soñado
Hay alguien que del mal te ha rescatado
En un corcel de plata y en sus brazos
Te dieron vida… ¡Inmaculada!

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