Cuando descubris que el afecto ya no es puro, ni desinteresado y que tal vez nunca lo fue.
Que no se fortalece con el trato, sino que se abren grietas, pero aún asi sobrevive un sentimiento llevado por recuerdos, porque el tiempo que hace que te acompaña pesa demasiado.
Entonces pasas tu período de duelo -un cambio de mirada, una recolocación de esa persona dentro del cajón que le corresponde en tu escala de valores-, entre desengañada y enfadada, y hablas sola en voz alta diciendo todo aquello que pensaste pero que nunca hubieras pronunciado por evitar confrontaciones más serias.
Y es que en el fondo qué más da si cada uno es como es.
Quizá no era amistad.
Aunque lo único que se me pasa por la cabeza es estrujármela e intentar descubrir si he podido hacer o fallar en algo.
Lo cierto es que a la hora de la verdad, he sentido ese vacio... en cambio incondicionalmente yo he dado todo y mas, incluso he dado la cara por ella en muchas situaciones complicadas.
¿Por qué? Porque creia que era una buena amiga...
Desde hace varias semanas intento expulsar esta decepción y no sabia como explicarme.
Espero e intentaré sacarmelo de la cabeza...
Todos decimos nada. Todos nada de nada. Todos amontonados mirando el piso. Todos muertos de miedo a dormir solitos. Todos tenemos náuseas de amores cariados. Todos rifamos besos y tragamos sapos. Todos vendemos algo. Todos compramos todo. Todos alguna vez arruinamos todo... Todos comiendo papa, pogo y sanata. Todos amaneciendo con el alma rancia. Todos somos los dueños de nuestras mentiras. Todos nos voltearíamos a nuestras amigas. Todos somos más guapos cuando no hay nadie. Todos con el culito lleno de parches. Todos fregando el suelo de nuestras vidas. Todos pisando mierdas que nos asfixian. Todos sabemos lo que nos merecemos. Todos somos la paja de nuestros sueños. Todos lloramos contra algún inodoro por un amor pifiado que se hizo moco. Todos.
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